Prensa

125 años sin fumar

La Vanguardia

Último martes de cada mes. Siete de la tarde. Un grupo de personas entra en el Hospital de Santa Maria de Lleida, por los jardines que llevan el nombre del escritor británico George Orwell, que se recuperó aquí en 1937 de sus heridas de la Guerra Civil Española. Son exfumadores.

Francesc Abella, coordinador del grupo de tabaquismo del centro, cuenta que hace años un grupo de pacientes que intentaba dejar de fumar pensó crear un grupo con gente ya haba dejado el tabaco porque entre ellos se transmitían trucos y consejos.

El paso siguiente fue incorporar gente que empezaba a dejar de fumar, que llevaba desde horas a días o incluso que todavía fumaban y necesitaban además de ayuda profesional ayuda de igual a igual. “Este grupo es tan efectivo como el mejor de los tratamientos, si complementamos mi visión técnica y profesional con la vivida por personas que llevan un mes, tres, un año o más sin fumar”, afirma Abella.

Último martes de cada mes. Siete de la tarde. Un grupo de personas entra en el Hospital de Santa Maria de Lleida, por los jardines que llevan el nombre del escritor británico George Orwell, que se recuperó aquí en 1937 de sus heridas de la Guerra Civil Española. Son exfumadores.

Francesc Abella, coordinador del grupo de tabaquismo del centro, cuenta que hace años un grupo de pacientes que intentaba dejar de fumar pensó crear un grupo con gente ya haba dejado el tabaco porque entre ellos se transmitían trucos y consejos.

El paso siguiente fue incorporar gente que empezaba a dejar de fumar, que llevaba desde horas a días o incluso que todavía fumaban y necesitaban además de ayuda profesional ayuda de igual a igual. “Este grupo es tan efectivo como el mejor de los tratamientos, si complementamos mi visión técnica y profesional con la vivida por personas que llevan un mes, tres, un año o más sin fumar”, afirma Abella.

Terapia para dejar de fumar

Fumadores convertidos en coterapeutas

Francesc Abella apunta que “estas técnicas, marcadas por la humanidad y el afecto, son imposibles de hacer en un despacho solo con tratamientos farmacológicos o con aplicaciones. Hablamos de compromiso”. En este sentido añade que “hay personas agradecidas con aquellos que les ayudaron que quieren dar a otras lo que ellas recibieron, en la práctica se convierten en coterapeutas. Se ayudan entre ellos y ayudan a gente nueva”

Abella insiste en que para dejar el tabaco es necesaria la implicación del médico con el paciente. “La desintoxicación física -señala- es relativamente fácil. Disponemos de herramientas, fármacos. El 80% de los pacientes acaban cumpliendo. Cuando fracasa el paciente es a partir del cuarto o el quinto mes cuando tiene un exceso de confianza y piensa que ya está bien”, señala el coordinador de la terapia. […]

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