La experiencia

Abordaje al Tabaquismo desde un Servicio de Drogodependencias

Autor: Roig Cutillas, Pilar

A finales de la década de los 80, algunos Centros de Asistencia y Seguimiento (CAS) de la Red de Atención a las Drogodependencias de Cataluña empezamos a ofrecer ayuda para dejar de fumar a la población general. Actualmente, se nos considera centros de referencia para la deshabituación tabáquica.

Las drogas ilegales, especialmente la heroína, centraban toda la atención en esa década por el impacto que estaban causando enfermedades emergentes como el sida. Con el desarrollo de los programas de reducción de daños, entre otros, esta problemática se fue frenando. La cocaína ha ido desplazando el foco de atención, al aumentar cada año el número de inicios de tratamiento. El alcohol aún sigue estando en lo alto del ranking de las sustancias que generan más demanda en los centros. Al principio se cuestionó que algunos profesionales contempláramos el tabaco como otra droga legal que debía ser tratada en los CAS, ya que se consideraba una droga “menor”. De hecho, hasta hace poco ni siquiera se registraba en las historias clínicas.

A diferencia de otros centros, y por el hecho de estar ubicado en un hospital, el CAS de Reus ha atendido siempre la interconsulta hospitalaria en materia de drogas. Al final de la década de los 90, comenzamos a realizar tratamiento con nicotina a los fumadores ingresados para paliar su síndrome de abstinencia y aprovechar la ocasión para hacer un intento de cesación. Esta práctica se ha ido generalizando en otros hospitales gracias a la creación y el apoyo ofrecido por la Red de Hospitales sin Humo.

Otros profesionales sanitarios, especialmente de la Atención Primaria y de Farmacia, se han ido formando en tabaquismo, a menudo con la colaboración de los profesionales de drogas, y han empezado a ayudar a los pacientes en sus consultas. Con el tiempo, se ha creado una amplia red asistencial para dar una respuesta diversificada a las demandas de deshabituación tabáquica.

Actualmente, los CAS tenemos limitaciones en la capacidad asistencial y no podemos ni debemos asumir todos los casos de fumadores. Como especialistas en los procesos de adicción, y con una dedicación de tiempo mayor en cada visita que en otros recursos, los CAS hemos de tratar a los fumadores con más dificultades para dejarlo, es decir, aquellos que han recaído después de algún intento previo y que presentan comorbilidad psiquiátrica, dependencia de otras drogas o patología orgánica asociada.

Los fumadores que acuden a centros de drogas suelen venir motivados y conscientes de su dependencia, con una parte del proceso ya avanzada gracias a diversas influencias e intervenciones de profesionales que se han cruzado en su camino. Vienen contemplando la idea de dejar de fumar, pero a veces aún no están preparados para ello, ya que tienen muchas dificultades reales o imaginarias. La perspectiva de la reducción del riesgo nos ha permitido ayudar a estos fumadores. En los últimos tiempos, estrategias como la reducción del número de cigarrillos, con TSN, se han debatido en diversos foros y se han publicado, y actualmente se utilizan con normalidad.

La experiencia en el tratamiento de las drogodependencias nos hace saber que los cambios son lentos, que hay que abordar de manera personalizada aspectos como la motivación, las creencias y expectativas, el craving, la fantasía del control o las recaídas, y que hay que tener en cuenta los factores que intervienen en el inicio del consumo de drogas y en la instauración de un trastorno de abuso o de dependencia. Según la perspectiva y orientación profesional de cada terapeuta, éste pondrá énfasis en unos aspectos o en otros: biológicos, farmacológicos, cognitivos, emocionales, relacionales…

Para la dependencia del tabaco, el enfoque psicológico que ha demostrado eficacia es el de la terapia cognitivo-conductual y las estrategias de la entrevista motivacional, en el contexto de la terapia individual y/o grupal.

Existen otros enfoques clínicos que hemos utilizado en el resto de drogas y que pueden ser útiles en el tratamiento del tabaquismo, como el enfoque sistémico-relacional. Explorar la organización del sistema familiar (nuclear y de origen) del fumador orienta diagnósticos de disfuncionalidad familiar que potencian las dificultades para la cesación tabáquica. Una buena herramienta es realizar el genograma anotando familiares fumadores, no fumadores y ex fumadores, causas de fallecimiento, enfermedades… Esta exploración no sólo proporciona mucha información, sino que, además, permite al paciente una observación en perspectiva de su posición y su dependencia.

 

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