Opinión cualificada

Adolescentes y tabaco: prevención y tratamiento Resumen de ponencia – II Jornada de Tabaquismo – Lleida, 9 de febrero de 2007

Autor: Suelves Joanxich, Josep M.

A lo largo de las últimas décadas, se han venido desarrollando desde los centros educativos numerosos programas orientados a prevenir el inicio del tabaquismo. Este tipo de estrategias parece razonable, ya que el uso de tabaco y otras drogas suele iniciarse durante la adolescencia, la mayor parte de la población asiste regularmente a la escuela al menos entre los 6 y los 16 años, y también porque existen importantes coincidencias de objetivos y procedimientos entre el sistema educativo y el sistema de salud pública.

Aunque los primeros programas escolares de prevención del tabaquismo estuvieron centrados exclusivamente en proporcionar información sobre los riesgos asociados al uso del tabaco y otras drogas, pronto se planteó la necesidad de incorporar también estrategias de desarrollo de ciertas habilidades (resolución de problemas y toma de decisiones, mejora de la autoestima, asertividad y resistencia a la presión de la publicidad y del grupo, autocontrol emocional, etc.), así como otros componentes que pudieran alcanzar a otros miembros de la familia o de la comunidad.

La publicación de numerosos trabajos de evaluación de programas de prevención del tabaquismo dirigidos a niños y adolescentes permite disponer de datos valiosos sobre la efectividad de este tipo de intervenciones. Más recientemente, diversos autores han podido completar también algunos estudios de metaanálisis y revisiones sistemáticas. En general, la evidencia disponible parece demostrar que, a condición de que incluyan contenidos y estrategias didácticas adecuadas, los programas escolares de prevención del tabaquismo pueden ser efectivos, pero es importante complementarlos con actuaciones sobre la familia y la comunidad, e incluir también actividades de refuerzo que contribuyen a evitar que los beneficios de las intervenciones preventivas se debiliten con el tiempo.

El desarrollo actual de los programas de prevención del tabaquismo dirigidos a niños y adolescentes no es, sin embargo, totalmente satisfactorio.

El desarrollo actual de los programas de prevención del tabaquismo dirigidos a niños y adolescentes no es, sin embargo, totalmente satisfactorio. Es preciso continuar trabajando para mejorar la eficiencia de los recursos disponibles, evitando apoyar estrategias poco efectivas o aquellas que supongan duplicidades, favoreciendo la implicación de actores fundamentales como la familia o el profesorado, y enfatizando algunas valiosas acciones que no tienen una naturaleza educativa en sentido estricto, pero también deben desarrollarse en la escuela (cumplimiento de normas, papel ejemplar del profesorado, programas de cesación dirigidas a padres y educadores…).

Finalmente, es preciso tener en cuenta que es probable que un gran número de adolescentes dependa ya del tabaco.

Finalmente, es preciso tener en cuenta que es probable que un gran número de adolescentes dependa ya del tabaco. En España, el 21,5% de los escolares de 14-18 años fuman diariamente, el 21,2% de los adolescentes que fuman a diario consumen más de 10 cigarrillos/día y, de acuerdo con lo que los adolescentes indican en las encuestas, un importante número se ha planteado dejar de fumar o lo ha intentado sin éxito.

A pesar de la elevada prevalencia del tabaquismo en la adolescencia, no parece que los programas de tratamiento que se desarrollan en España alcancen, en la práctica, a este grupo de la población. Tampoco disponemos apenas de estudios que hayan evaluado la efectividad del tratamiento del tabaquismo en adolescentes, y los escasos trabajos disponibles ponen generalmente de manifiesto unos resultados desalentadores, en parte atribuibles a la ausencia de guías clínicas específicas, y la falta de entrenamiento y una baja percepción y autoeficacia de los profesionales en el tratamiento de adolescentes. Afortunadamente, algunos grupos han comenzado ya a trabajar en el diseño y la evaluación de programas de tratamiento para fumadores muy jóvenes o adolescentes, y es probable que en los próximos años podamos constatar entre los adolescentes beneficios paralelos a los que ha producido el tratamiento del tabaquismo en la población adulta.

 

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