Características de género en el consumo de tabaco y su relación con los resultados del tratamiento de deshabituación

Autor: Marqueta Baile, Adriana

El estudio que se presenta a continuación se incluye dentro de las líneas de investigación que se desarrollan en la Unidad de Tabaquismo de la Facultad de Medicina de Zaragoza. La prevalencia de tabaquismo entre las mujeres más jóvenes de nuestro país es muy elevada (35%), pero los estudios de género en el consumo de tabaco son escasos o muestran dificultades metodológicas, ya que realizan diferencias por sexo, pero no desde una perspectiva de género.

Por otra parte, no existen resultados concluyentes sobre la respuesta a la deshabituación tabáquica.

Por ello, nos planteamos analizar las características ligadas al género respecto al consumo de tabaco y su relación con la abstinencia a corto y medio plazo.

La población objeto de estudio estuvo formada por 1.302 personas, 52,1% (678) hombres y 47,9% (624) mujeres, con una media de edad de 43,4 ± 10,2; mayor en hombres, 44,2 ± 10,4, que en mujeres, 42,5 ± 9,9 (p = 0,002). La mayoría de los pacientes estaban casados, desempeñaban una actividad laboral y habían cursado estudios medios, con un porcentaje mayor de hombres en estas tres categorías, aunque entre las mujeres la proporción de universitarias fue mayor. Respecto al consumo de tabaco, como se aprecia en la tabla 1, la población analizada fumaba unos 25 cigarrillos al día y tenía un grado de dependencia física moderado. Los hombres empezaron a fumar un año antes que las mujeres y tomaron la decisión de dejarlo más tarde, ya que llevaban aproximadamente 3 años más fumando. Su patrón de consumo era mayor y, por lo tanto, también los paquetes/año así como las cifras basales de monóxido de carbono, aunque las diferencias en esta última variable no fueron significativas. Tampoco se encontraron diferencias en la dependencia física entre hombres y mujeres.

Respecto a los principales resultados en las tasas de abstinencia, considerando el éxito del tratamiento como la abstinencia continua validada con cooximetría y aplicando en el análisis el criterio de intención de tratar, encontramos unas tasas de abstinencia superiores a las comunicadas en otros trabajos con el mismo período de seguimiento, el 41,5% (540) de los pacientes fue éxito a los tres meses. En la abstinencia por sexo, no encontramos diferencias significativas, aunque el porcentaje de éxito fue mayor en los hombres, 55,2% (298), que en las mujeres, 44,8% (242).

Para conocer la abstinencia a largo plazo se realizó un estudio mediante encuesta telefónica a la población de personas fumadoras que permanecieron abstinentes hasta finalizar el tratamiento (3 meses), para evaluar la tasa de recaída, sus causas y la probabilidad de permanecer abstinente tanto para la muestra total como por sexo. Se localizó al 85%: el 50,5% habían recaído y el 49,5% se mantenían sin fumar, sin encontrar diferencias por sexo. En aquellos que recayeron sí que encontramos diferencias entre hombres y mujeres. Los hombres recayeron en mayor medida por una emoción positiva externa y las mujeres por una emoción negativa interna (Ver tabla 1).

Hombres y mujeres tienen las mismas probabilidades de lograr la abstinencia a largo plazo y también de recaer, aunque los motivos son diferentes para ambos.

Respecto a la probabilidad de mantener la abstinencia, se realizó un análisis de supervivencia que mostró que la probabilidad de mantenerse sin fumar a los 6 meses fue del 80%; a los 12 meses, del 70%; a los 24 meses, del 58%, y a los 84 meses, del 42%. En este mismo análisis por sexo no encontramos diferencias entre hombres y mujeres.

A todos los pacientes se les preguntó sobre la utilidad de los tratamientos y el mejor valorado fue el tratamiento psicológico en grupo, con un 48,1%. Por tanto, podríamos concluir que no existen diferencias a medio y largo plazo del tratamiento cognitivo-conductual intensivo, combinado con ayuda farmacológica, entre ambos sexos.

Hombres y mujeres tienen las mismas probabilidades de lograr la abstinencia a largo plazo y también de recaer, aunque los motivos son diferentes para ambos: las mujeres recaen con mayor frecuencia por motivos internos negativos y los hombres por factores externos positivos.

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