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Opinión cualificada

¿Cómo dejar de fumar?

Autor: Carreras Castillet, José María

El tratamiento del tabaquismo constituye hoy una metodología constatada por cientos de estudios controlados y decenas de metaanálisis, con lo que reúne características de evidencia científica puesta de manifiesto en diversas revisiones de Cochrane. El empleo de diversos elementos de base psicológica que actúan reforzando conductas y sin duda modificando de manera natural las variaciones de la neurotransmisión ocasionadas por el tabaquismo, junto al empleo de fármacos, resulta de innegable ayuda. De entre los diferentes compuestos ensayados para el tratamiento de tabaquismo, la Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN), Bupropión de Liberación Sostenida (LS) y Vareniclina han demostrado una eficacia suficiente como para considerar su empleo sistemático. La clonidina y la nortriptilina no tienen justificado su empleo por los efectos secundarios. No obstante, otros fármacos prometen perspectivas de futuro.

Muchos fumadores intentan dejar el tabaco sin ningún tipo de ayuda, lo que la nomenclatura anglosajona denomina “Cold Turkey”, alcanzando la abstinencia más o menos prolongada menos del 10%. Otros fumadores, con frecuencia, recurren a técnicas de la medicina complementaria y alternativa como la acupuntura o la hipnosis, que no han demostrado eficacia. Los tratamientos científicos están constituidos por dos grandes bloques complementarios: tratamientos no farmacológicos y tratamientos farmacológicos. Así pues, ambos deben utilizarse asociados dada la etiopatogenia de la dependencia al tabaco. Gran parte de su enfoque terapéutico debe hacerse desde una perspectiva psicológica, para la cual existe evidencia científica suficiente de eficacia, complementada por fármacos, para amortiguar las manifestaciones derivadas de la abstinencia. Los siguientes medios de tratamiento son los que deben considerarse y los que emplean herramientas que se han demostrado eficaces y que se diferencian fundamentalmente en la intensidad de la intervención.

Intervención mínima

El 71% de los fumadores dicen que dejarían de fumar si se lo recomendase su médico. Este dato, junto con los resultados de diferentes estudios, pone de manifiesto que el solo hecho de indicar al fumador que debe dejar de fumar, de forma razonada, exponiendo argumentos y motivos para tal cambio de conducta, presenta una alta eficacia. La intervención mínima constituye el conjunto de actitudes elementales que todo profesional sanitario debe aplicar en su relación con un paciente fumador para ayudarle a progresar en el proceso de abstinencia al tabaco. Su eficiencia se basa en dos hechos:
– El 70% de los fumadores visitan al médico al menos una vez al año.
– El 70% de los fumadores desean dejar de fumar.

Es comprensible, por tanto, que una pequeña ayuda del médico resulte suficiente para abandonar el tabaco en muchos fumadores, ofreciendo una relación coste-beneficio 30 veces mejor que el control de la hipertensión arterial leve y 100 veces más que el de la hipercolesterolemia en la cardiopatía coronaria.

La intervención mínima se basa en las siguientes pautas:

– Identificación de los fumadores
Debe hacerse de forma rutinaria como parte de la anamnesis clínica de todo paciente, incluyendo el estado del fumador al recoger los datos del paciente o sus signos vitales. El solo hecho de registrar el consumo de tabaco repercute en una mayor progresión de intervenciones y de abstinencias conseguidas.

– Prescribir la cesación
La supresión del tabaco ha de indicarse con firmeza. “Tiene que dejar totalmente de fumar.” “Como médico suyo me veo en la obligación de decirle que la medida más importante que puede tomar para conservar o mejorar su salud es dejar de fumar.”

Este mensaje debe darse de forma personalizada y dentro de contexto, es decir, haciendo referencia a aquellos motivos que lo justifican de manera específica y concreta para ese paciente. Al dar este mensaje también le tenemos que transmitir la idea de que nosotros le vamos a ayudar y que no se va a encontrar solo en su intento.

– Identificar a los fumadores preparados para hacer el intento
Para poder ayudar mejor a nuestros pacientes es interesante conocer algunas características de su dependencia, fundamentalmente por qué fuman y en qué circunstancias y cuáles son los motivos por los que quieren dejar de fumar. En los sujetos que aún no tengan intención de dejar de fumar tendremos que realizar una intervención motivacional:
– Ventajas que reporta dejar de fumar, no sólo referidas a la salud de uno mismo, sino también a la de los demás (hijos, esposa, etc.) o centradas en aspectos estéticos, sociales y de calidad de vida.
– Dejar de fumar es posible y siempre es rentable. Muchos fumadores consonantes se refugian en la idea de que han fumado ya tanto que a su edad no encontrarán beneficio alguno al dejarlo o que ya les va a ser tan difícil dejar de fumar que no lo conseguirán.

Puesto que muchas de las informaciones y pautas a dar son extensas, resulta oportuno el empleo de material impreso, procedente de instituciones oficiales o sociedades científicas. Este material, de calidad garantizada, reduce el tiempo de la intervención y mejora la recepción por parte del fumador.

– Planificar la estrategia a seguir para dejar de fumar
Esta sistemática incluye todos aquellos elementos empleados y de eficacia probada: ayudar al paciente a establecer un plan, fijar el día en el que ya no fumará nada, aconsejarle recabar ayuda y realizar ejercicio físico y facilitarle estrategias para la solución de problemas. Suministrarle material de autoayuda y manifestarle nuestra disposición para lo que necesite es fundamental. También, si lo creemos conveniente, le prescribiremos tratamiento farmacológico.

– Realizar un seguimiento
Al igual que hacemos con cualquier problema crónico de salud, debemos realizar un seguimiento del paciente fumador. En las primeras fases del tratamiento este suele ser más intensivo para disminuir de forma progresiva a lo largo del proceso. Posteriormente, no debemos olvidar su condición de ex fumadores para que siempre que tengamos ocasión le animemos a permanecer abstinente y le felicitemos por ello.

Programa de Tratamiento Multicomponente del Tabaquismo (TMT)

El perfil del fumador al que ayudábamos hace algunos años no es el mismo que el que se atiende en la actualidad. La proporción de exfumadores aumenta, lo que implica que quienes permanecen fumando son fumadores diferentes: más dependientes, menos motivados, más recalcitrantes. Ello pone de manifiesto la necesidad de incorporar todos aquellos componentes que han demostrado eficacia para ayudar a dejar de fumar y hacerlo de forma intensiva. Esto es lo que hacen los programas de tratamiento multicomponente del tabaquismo y que se pueden realizar en tres distintos formatos, que son los que hasta la fecha se han mostrado eficaces: el formato individual cara a cara con el paciente, el grupal y el telefónico.

 

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