Experiencias de exfumadores

Dejar de fumar

Autor: Porta, Josep

Dejar el hábito de fumar, o mejor dicho, dejar de llevar algo en la boca que hecha humo y perjudica a uno mismo y a los de su entorno sin tener en cuenta su opinión.

Mi experiencia en esto del tabaco —era un fumador empedernido— ha sido muy positiva en cuanto dejé de fumar.

Yo no creía que pudiera dejarlo, porque me veía incapaz. Siempre lo dejaba para otra ocasión: mañana lo dejo, y de un día a otro y así pasaban los días y yo continuaba fumando. Pero un buen día hablé con mi médico de familia y me orientó hacia un especialista que me aconsejó el camino a seguir para llegar a buen puerto, ya que por mí mismo me era imposible conseguirlo.

Quizás os preguntaréis: “¿Es difícil dejar el tabaco?

Quizás os preguntaréis: “¿Es difícil dejar el tabaco? ¿Cuáles son las consecuencias que puede conllevar? Para mí en particular, gracias a los consejos recibidos, no fue muy difícil, no me subía por las paredes ni estaba de mal humor ni nada de lo que dicen por ahí. En cuanto a las consecuencias, todas positivas: mucho menos cansancio, nada de tos por las mañanas, tener más paladar en los alimentos y, por lo tanto, saborearlos mucho mejor, poder hacer planes o planear salidas sin pensar en: ¿Tendré suficiente tabaco? ¿Se podrá fumar allí donde vamos?, etc. Y lo más importante, ya no tengo que preocuparme de donde estoy, de quién está a mi alrededor para poder encender un pitillo. Salgo ganando yo y los que están a mi lado o cerca de mí.

Ahora vivo libre, ahora soy libre por fin.

 

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