Experiencias de exfumadores

Experiencia del paciente

Autor: M., Josep

¡Vaya éxito! Ni mi otorrino se lo cree. Cuando me diagnosticó leucoplaquia bilateral tuve un susto tremendo, pero ni así me veía con fuerza ni motivado para dejar el tabaco. Mis dos hijos se movilizaron para que fuera atendido en la Unidad de Tabaquismo lo antes posible, de forma previa a la intervención quirúrgica, porque lo que se temía era serio. Lo vivían como una urgencia. La sensación que tuve en la primera visita fue la de un reo, custodiado por mis dos hijos y llevado a la fuerza al banquillo de acusados. Hacía una semana (desde justo después del diagnóstico) que sólo fumaba diez cigarrillos diarios. Reduje la cantidad sin ningún tratamiento, ya me venía bien, sentía cierta incredulidad de que pudiera mantenerme abstinente, no me apetecía, no tenia ganas y mi motivación era cero. Se me planteó un tratamiento adecuado a mis características. Iban pasando los días y mi satisfacción iba aumentando, me sentía importante. Mi voz también iba recuperándose. Cuando terminé el tratamiento no me lo podía creer, con un inicio tan fuerte, tan difícil por la resistencia que opuse y ahora me mantenía abstinente… Sinceramente, sin el tratamiento que se me administró y sin el soporte terapéutico que recibí no lo hubiera conseguido. Valorándolo, no me supuso pasar la temida ansiedad, ya que soy panadero y llevo los horarios invertidos, así que me daban mucho miedo las largas noches laborales. Ni yo, ni mi esposa, ni mis hijos ni mis amigos se creían la proeza que había conseguido. Les di las gracias por su dedicación y paciencia, y por creer en mí.

Llevaba cinco meses de abstinencia cuando tuve una gran recaída: sin darme cuenta volvía a fumar diez cigarrillos. Sólo tardé un mes y medio en pedir ayuda. Me puse otra vez en tratamiento y lo que al principio me había resultado tan fácil, esta vez, que estaba motivado y tenía ganas de dejar el tabaco, me estaba costando más que nunca. Tenía mucha ansiedad, pero con mi testarudez, mi voluntad y el tratamiento lo conseguí de nuevo. El camino fue más duro y más largo, pero el final, igual de gratificante.

Ahora ya me considero un ex fumador, tengo el alta.

 

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