Experiencias de exfumadores

He dejado de fumar

Autor: B.P.

Me aconsejaron que redactara una lista con todos aquellos beneficios que se me iban apareciendo. Al principio, no creí necesario hacerla, los cambios eran evidentes y se explicaban en pocas palabras. Mi terapeuta insistió. La verdad es que se lo agradezco, porque pensando, pensando, tomas conciencia de la gran cantidad de beneficios y ventajas que tiene esto de dejar de intoxicarte.

En mi caso, dejar de fumar me ha proporcionado:
– Mejora de autoestima y fe en mi fuerza de voluntad. Tengo la sensación de que si puedo con esto puedo con cualquier cosa. Tengo ganas de enfrentarme a más cosillas de mi vida que quiero cambiar.
– Ahora puedo correr: ya no pierdo todos los autobuses y disfruto mucho en gimnasia cuando antes era una tortura. He recuperado el deporte.
– Me siento mucho más activa.
– La comida la huelo y la saboreo. Ahora cocino mucho.
– Olor en general (esto a veces no es tan bueno). Ahora huelo a la gente que fuma (apestan), y eso no me había pasado en la vida.
– Ya no apesto, ni mi ropa ni mi boca. Ahora no tengo pareja pero supongo que besarme ya no es como besar a un cenicero.
– No tengo que fumarme un cigarro en situaciones difíciles para tranquilizarme, puesto que el mono ya no me hace ponerme nerviosa.
– No necesito un cigarro para poder hablar con los amigos. Ni para hablar por teléfono ni para pensar.
– Puedo ir al cine y disfrutar tranquilamente de toda la película. No me da miedo ir a películas largas (tipo El Señor de los Anillos, de la que me salí a fumar). Lo mismo me ocurre con museos, aviones, etc.
– Ahora puedo viajar. Tengo familia en Estados Unidos, de hecho voy a tener un sobrino allí y ahora la idea de 18 horas de avión sin fumar no me aterra, ni tampoco el hecho de que allí no me dejen fumar y me miren como a una apestada.
– Me siento mucho más libre. Puedo viajar a un lugar donde no haya tabaco. No tengo todo el rato la paranoia de que me voy a quedar sin tabaco y va a ser horrible. Puedo salir a la calle con las manos en los bolsillos: sin dinero, tabaco ni mechero. No necesito bolso para nada.
– Mejor salud: ya no me duelen los pulmones por las noches. No toso por las mañanas. Tenía un lado de la garganta permanentemente inflamado y ahora ya la tengo bien. En general me siento mucho más sana, me cuido mucho más, es como si al fumar dijeras: “Bueno, de perdidos al río.” Pero ahora digo: “Ya que he conseguido no fumar voy a cuidar otras cosas.”

 

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