Autor: ADN
En Europa muere un asmático cada hora.
En Europa muere un asmático cada hora. Esta semana he estado a punto de engrosar la estadística, porque tuve una crisis, de las antológicas, que me llevó a dar con mis huesos (o mejor dicho, con mis michelines) en urgencias. Y agradecí tanto, tanto, disponer de Seguridad Social, que de verdad no puedo entender cómo en Yanquilandia no está toda la población entonando a coro loas y alabanzas a San Obama. Pues bien, si Trinidad Jiménez consigue sacar adelante la nueva ley antitabaco, juro que, yo misma, le construiré un altar con estas manitas y mis abalorios. Porque los casos de asma se han duplicado durante la última década debido a la contaminación atmosférica y al tabaco. No lo digo yo, lo dice la OMS. Y me dirán que tabaco ha habido toda la vida. Pero no. Cualquier persona mayor de sesenta años se acordará de cuando fumar era cosa de carreteros, un vicio impropio de gente elegante en general y de mujeres en particular. Y yo misma tengo memoria de como, en mi juventud, podía ir a bares en los que podía respirar, cosa que, a día de hoy, es imposible en mi barrio, en el que no hay ni un sólo bar en toda la manzana en el que esté prohibido fumar, aunque en todos se prohíbe la entrada a perros. ¿Me tendré que ir a vivir a París, a Londres o a Estambul? ¿Habré de quedar con los amigos en el parque mientras el perro pasea? ¿Logrará Trini hacer de nuestros bares espacios libres de humo como en el resto de Europa y salvarme a mí, literalmente, la vida? La solución, el próximo 22 de junio.
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