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Tabaco y salud mental: guía de buena práctica hospitalaria
Autor: Ballbè, Montserrat
La prevalencia del consumo de tabaco en los individuos con trastorno mental (especialmente en aquellos que se encuentran hospitalizados) es más elevada que en la población general.
La prevalencia del consumo de tabaco en los individuos con trastorno mental (especialmente en aquellos que se encuentran hospitalizados) es más elevada que en la población general. Este hecho conlleva, en esta población, unas cifras de mortalidad y morbilidad muy elevadas y, en consecuencia, una esperanza de vida sensiblemente menor. A pesar de ello, es poco frecuente que desde los dispositivos de hospitalización se intervenga en el consuno de tabaco de estos pacientes.
Por otra parte, la ley española 28/2005, de medidas sanitarias ante el tabaquismo, prohíbe expresamente fumar en los centros y servicios sanitarios, pero puntualiza que “los centros, servicios o establecimientos psiquiátricos pueden habilitar zonas para los pacientes a quien, por criterio médico, se determine”.
Así, la ley deja un amplio margen de decisión al profesional, lo que permite que todavía tengan cabida viejas inercias, como creer que la hospitalización no es un momento adecuado para tratar el tabaquismo o que incluso resultaría contraproducente. Además, resulta difícil introducir cambios en la práctica clínica diaria cuando no quedan claras cuáles son las prácticas adecuadas o deseables ni si éstas están consensuadas.
Por todo ello, el grupo de trabajo Tabaco y Salud Mental, impulsado por la Red Catalana de Hospitales Sin Humo, empezó a trabajar en una guía de prácticas deseables en cuanto al control del tabaquismo en los dispositivos hospitalarios de salud mental. Este documento ha sido elaborado con el apoyo del Plan Director de Salud Mental y Adicciones y la Subdirección General de Drogodependencias (Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya). La guía es una traducción y adaptación al momento y territorio de la guía elaborada por la Irish Health Promoting Hospitals Network (HPH) – Red Irlandesa de Hospitales sin Humo (Consensus guidelines for tobacco management in mental health services).
1 – Compromiso
La institución y sus jefes deben comprometerse a proveer un ambiente saludable sin humo, tanto para el personal y los pacientes como para el resto de usuarios y comunicarlo apropiadamente. Para ello será necesario designar un/os responsable/s.
2 – Comunicación
Deben establecerse estructuras de comunicación efectivas para asegurar que todo el personal y los pacientes conozcan, comprendan y hagan suyas las nuevas políticas de control del tabaco.
3 – Educación y formación
La institución debe sensibilizar y ofrecer formación al personal sobre cómo implementar las nuevas políticas de actuación en tabaquismo, conocer los peligros probados del humo ambiental del tabaco y la alta prevalencia de consumo de tabaco en esta población, y cómo efectuar una intervención sobre el consumo de los pacientes.
4 – Identificación de fumadores y apoyo para el abandono del tabaco
El abordaje del tabaquismo debería considerarse una práctica sistemática más dentro del plan terapéutico general de cada paciente.
Tanto pacientes como personal deberían poder acceder a ayuda para dejar de fumar y a seguimiento después del alta cuando resulte conveniente.
5 – Control del consumo de tabaco
Sólo se permiten espacios exteriores delimitados para fumar si se estiman necesarios. Si ello no es posible, la actual ley del tabaco permite habilitar zonas interiores para fumar que no deben ser estancias de utilización común, como salas de estar, comedor, etc.
6 – Ambiente
Deben señalizarse claramente las áreas donde se puede y no se puede fumar, e identificarse las posibles complicaciones de todo ello ofreciendo estrategias de manejo claras. Deben eliminarse, asimismo, prácticas como la utilización del tabaco como incentivo o premio para los pacientes.
7 – Puestos de trabajo saludables
La exposición al humo ambiental del tabaco debe minimizarse al máximo. Pacientes y personal tienen el derecho a trabajar o residir en un ambiente saludable, y la institución tiene el deber de proveer lo establecido por la ley de prevención de riesgos laborales. Los profesionales fumadores deben hacerlo sólo en áreas designadas no visibles para los pacientes y únicamente en los descansos laborales definidos.
8 – Promoción de la salud
Es aconsejable compartir experiencias de buena práctica con otros profesionales, instituciones, etc., y organizar actividades de promoción de la salud para los pacientes.
9 – Monitorización del cumplimiento
Debería monitorizarse el cumplimiento de las políticas de control del tabaco: por ejemplo inspecciones del nivel de polución ambiental e identificación y toma de acciones consensuadas en caso de infracción.
10 – Implementación de la política
Avanzar hacia un ambiente totalmente libre de humo debe constituir el objetivo a largo plazo.
Esta guía está disponible en la web de la Red Catalana de Hospitales sin Humo: https://www.xchsf.com/
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