Autor: Córdoba García, Rodrigo
La ley del tabaco representa el mayor avance en salud pública en España que ha ocurrido en las dos últimas décadas. La ley ha alcanzado el 80% de sus objetivos sin que se hayan generado conflictos ni problemas. El tabaco ha desaparecido de escena en las empresas, las administraciones publicas y centros de transporte por tierra, mar y aire (45 de los 47 aeropuertos españoles son sin humo y en Málaga y Madrid tienen espacios bien habilitados para fumar, excepto en la T4 de Barajas). También en el comercio, en los centros sanitarios y educativos se ha reducido el problema significativamente. El Ministerio de Economía ha introducido y actualizado el impuesto mínimo, de modo que las marcas más baratas han debido incrementar su precio de 1,15 euros a 2,15 euros. En relación con las restricciones a la publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco, es probable que miles de menores de edad no hayan empezado a fumar a lo largo del 2006. Sin embargo, persiste la promoción subliminal (incentivada) del tabaco en teleseries populares, revistas juveniles y de moda y otros soportes audiovisuales que se debe controlar y regular.
La hostelería es el punto débil de la ley, puesto que sólo regula los locales de 100 metros o más (20% del total). Aunque gran parte de los locales regulados cumplen la ley, únicamente un 15% de los 300.000 locales de hostelería son totalmente libres de humo o están bien compartimentados. Dado que es un sector de mucha visibilidad social, este hecho altera la percepción social sobre el éxito de la ley. Se observan diferencias de cumplimiento entre comunidades autónomas, pero todavía es prematuro valorarlas de forma precisa.
Menos fumadores, menos tabaco y más salud
Los resultados preliminares más destacados del impacto de la ley a finales de 2006 son los siguientes:
– La prevalencia del tabaquismo ha caído en un 5%, lo que supone que hay 500.000 fumadores menos que en 2005. Por otra parte, 3 millones de fumadores han intentado dejarlo.
– El consumo de tabaco se ha reducido un 5%, lo cual supone 210 millones menos de cajetillas consumidas a lo largo del año.
– Los niveles de nicotina ambiental se han reducido en un 83% en los centros de trabajo.
En cuanto a indicadores de salud, los resultados serán muy pronto visibles, en primer lugar, en morbilidad y mortalidad por infarto de miocardio. Hacen falta varios años para que se perciba su efecto en la mortalidad por cáncer, debido a que el intervalo entre exposición y enfermedad es muy amplio. Una parte muy importante de la mortalidad por consumo activo e involuntario de tabaco se debe a causas cardiovasculares y esperamos ver una reducción significativa de la morbilidad por infarto de miocardio en 2006 respecto a la de 2005. En resumen, todos estos resultados justifican sobradamente la entrada en vigor de la ley por encima de cualquier otra consideración. Es muy lamentable que algunas CC.AA hayan caído en la trampa tendida por las tabacaleras y estén hablando de necesidad de mayor tolerancia en relación con un asunto de protección de salud pública que no pretende discriminar a nadie, sino proteger la salud de toda la población.
Lo que queda por hacer
Es importante que el Ministerio de Trabajo acepte formalmente los riesgos del tabaquismo pasivo en el medio laboral y ordene a la Inspección de Trabajo que verifique la ley en las empresas y que se reconozcan los efectos del tabaquismo pasivo como una enfermedad profesional. El gobierno debe informar mejor de la magnitud de los riesgos del tabaquismo pasivo a la población. Hacen falta campañas continuadas de información a la población explicando bien la naturaleza y la magnitud de estos riesgos. También hacen falta más recursos estables para que los tratamientos más eficaces sean accesibles para todos los fumadores desde el sistema sanitario público. El enfoque del comité es el enfoque de la salud y estas normas van a mejorar la salud de la población, sea o no sea fumadora.
A lo largo del 2007 dispondremos de indicadores definitivos y más precisos del impacto de la ley a partir de la Encuesta Nacional de Salud, la Encuesta Escolar de Drogas, la Encuesta del CNPT, el estudio de niveles de nicotina de la Agencia de Salud Pública de Barcelona y otros estudios autonómicos.
Descargar BOLETÍN 5 / ENERO 2007
Recibe las novedades en tu email