Autor: García Fuentes, Concha
Fuma el hombre rudo que ama la naturaleza, la mujer emancipada, el triunfador y el pobre infeliz. También fuma la mujer sofisticada, el ama de casa atacada de los nervios, el gángster desalmado, el policía bueno y el policía malo. La joven soñadora fuma lánguidamente y el intelectual, de manera compulsiva. Incluso fuman los dibujos animados, la novia del superhéroe y hasta los extraterrestres.
Fuman cuando son felices, cuando están desesperados, cuando están tristes, cuando trabajan y cuando no hacen nada. Fuman antes, fuman después. Las pantallas están llenas de humo. Esto no es casualidad, como demuestran documentos desclasificados sobre las relaciones entre las industrias del tabaco y del cine.
Desde la publicación en 1985 del artículo de Magnus Superman y la mujer Marlboro. Los pulmones de Lois Lane, se han publicado diferentes estudios que indican que la exposición a escenas con presencia de tabaco en las películas aumenta la probabilidad de que los adolescentes comiencen a fumar, incluso teniendo en cuenta otros factores de riesgo.
Conclusiones de los estudios norteamericanos (1985 – 2007):
– La promoción de tabaco está asociada con el inicio —entre los adolescentes— y el aumento —en general— del consumo.
– En la pantalla se promueven imágenes poco realistas del consumo de tabaco (mayor porcentaje de fumadores, escasas referencias a los problemas de salud, consumo en espacios no permitidos, etc.).
– Se normaliza y banaliza el tabaquismo.
– La promoción del tabaco quita fuerza a los mensajes sanitarios sobre los daños del tabaco.
– Durante los años ochenta y noventa se incrementa la presencia de tabaco en las producciones, llegando a niveles de los años cincuenta y coincidiendo con los cambios de legislación sobre restricciones a la publicidad directa de tabaco en diferentes países.
En España, la situación es aún peor. En 2007, el 80% de las películas y el 75% de las teleseries incluyen escenas de tabaco, es decir, cuatro veces más que en las producciones de Hollywood (Córdoba, 2009).
Este tipo de publicidad tiene un gran impacto, ya que resulta muy lucrativo para la industria del tabaco asociar sus productos con las estrellas de cine y televisión. De esta forma, atraen a espectadores jóvenes, a quienes consideran potenciales fumadores. Es una forma de reclutar y retener fumadores y de mantener su aceptación social, así como de fortalecer la posición política de la industria.
Así pues, es necesario que en los programas de prevención dirigidos a adolescentes se incluyan herramientas que potencien una visión crítica de la presencia del tabaco en las películas y series de televisión, analicen los intereses económicos que hay detrás de la presencia del tabaco en las pantallas y ayuden a descubrir cómo determinadas estrategias publicitarias pueden influenciarnos sin que tengamos conciencia de ello.
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