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Investigación de actualidad

Uso y creencias sobre los medicamentos para dejar de fumar. Tesis doctoral de Juan Gil Rodríguez

Autor: Gil Rodríguez, Juan

Título tesis:  Uso y creencias sobre los medicamentos para dejar de fumar.
Doctorando: Juan Gil Rodríguez (farmacéutico, Madrid).
Director tesis: Dr. Francesc Abella
Universitat de Lleida.
Fecha de lectura: Viernes 26 de febrero de 2021.
Lugar: Lleida, Aula Magna de la Facultad de Medicina.

El pasado viernes 26 de febrero, el Doctorando Juan Gil Rodríguez, farmacéutico de Madrid, defendió su tesis doctoral bajo el título “Uso y creencias sobre los medicamentos para dejar de fumar” y dirigida por el Dr. Francesc Abella en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universitat de Lleida (Udl).

De la brillante exposición realizada y antes de resumir las conclusiones del estudio, cabe destacar una serie de menciones y datos relacionados con la problemática asociada al consumo de tabaco suficientemente importantes y relevantes a tener en cuenta.

El tabaco causó 100 millones de muertes durante el siglo XX y, si no se ponen en marcha medidas oportunas, causará un billón de muertes en el siglo XXI (Prabhat Jha, 2009).

El tabaco es la única sustancia legalmente comercializada que cuando se consume, según las instrucciones, mata al 50 % de las personas.

El tabaco es la única sustancia legalmente comercializada que cuando se consume, según las instrucciones, mata al 50 % de las personas.

La mitad de las muertes por el tabaco se producirán a edades tempranas de la vida (antes de los 70 años), por lo que un fumador perderá, de media, unos 10 años de vida (Prabhat Jha et al., 2013).

De media por cada cigarro fumado se pierden 15 minutos de vida (Spiegelhalter, 2012).

El tabaco es una droga y su consumo continuado hace que el fumador pierda el control sobre su uso.

El enemigo muta: Disminuye la prevalencia en los países más ricos y no en los menos desarrollados, pero, en ambos casos, la peligrosidad del tabaco para la salud del consumidor ha aumentado en los últimos años.

Los fumadores actuales tienen más riesgo de sufrir cáncer y EPOC que los adictos a la nicotina en 1964 y esto a pesar de que el número de cigarros/día por fumador ha descendido desde aquel año (D. M. Burns, Anderson, & Gray, 2011). Esta situación es consecuencia de los cambios que la industria ha hecho en la composición y el diseño de los cigarros.

Frente a los alarmantes datos de morbilidad y mortalidad, la buena noticia es que tras el cese del consumo de la droga el riesgo de muerte y enfermedad disminuye considerablemente e incluso algunos de los beneficios para la salud pueden observarse al poco tiempo del abandono.

El pulso se normaliza a los 20 minutos y a las 8 horas los niveles de monóxido de carbono en sangre se reducen un 75% (U.S. Department of Health and Human Services, 2004).

La disminución del riesgo cardiovascular empieza a los pocos meses alcanzando un riesgo similar al de los no fumadores a los pocos años, incluso entre ancianos (Bullen, 2008).

En el caso del cáncer de pulmón –u otro tipo de tumor- los beneficios se observan tras más tiempo y a los 10 años del cese, las tasas de muerte por cáncer en exfumadores está a medio camino entre la de un fumador habitual y un no fumador (Prabhat Jha et al., 2013).

La inmensa mayoría de los profesionales y de las organizaciones sanitarias consideran que el tabaquismo es una enfermedad. La OMS en el código internacional de clasificación de las enfermedades (ICD-10) le otorga el código de clasificación F-17.

El tabaco sale caro, consume cerca del 6% de los gastos mundiales dedicados a la sanidad y el 2% del PIB global según un estudio realizado en 2012 (Goodchild, Nargis, & Tursan d’Espaignet, 2018).

El tabaco sale caro, consume cerca del 6% de los gastos mundiales dedicados a la sanidad y el 2% del PIB global según un estudio realizado en 2012 (Goodchild, Nargis, & Tursan d’Espaignet, 2018).

El tabaquismo se desplaza hacia los países más pobres y dentro de un mismo país son los ciudadanos menos favorecidos los que más soportan los efectos negativos de este problema, dando lugar a una diferencia en salud entre grupos de población.

El informe Millennium Development Goals and Tobacco Control señala que la pobreza de un país o un individuo está relacionada con el consumo de tabaco (Esson & Leeder, 2004).

En la Unión Europea aproximadamente el 75% de los intentos de abandono se realizan sin intervención de ningún profesional sanitario y sin prescripción, recomendación o uso de ningún medicamento.

El porcentaje de no uso de ayuda varía entre los distintos países de la Unión. España es el país de los 28 con mayor porcentaje (90%) seguido de Rumanía (87%) y Eslovenia (86%).

Es difícil encontrar otra enfermedad, con una letalidad de un 50%, cuyo intento de curación la realice el propio paciente sin recurrir a un profesional sanitario y sin el uso de medicación.

España en 2017, junto a Croacia, también lidera el grupo de países con menor uso de medicación (3%). Los países con mayor consumo son Austria (22%), Finlandia (22%), Francia (18%), Bélgica (17%) y Reino Unido (17%) (European Commission, 2017).

Según la guía americana todo tratamiento debe incluir medicación y según la guía europea debe tratarse a todo fumador por lo que podemos concluir que los sanitarios deberían prescribir o recomendar medicación para dejar de fumar a todo fumador independientemente del momento en que se encuentre el fumador.

Conclusiones del estudio

1) Frente a la recomendación de las guías de uso de medicación en el 100% de los intentos de abandono, el uso de TSN es aproximadamente el 10% y menor del 5% para los medicamentos que precisan receta.

2) Aumenta el consumo de tabaco al disminuir el estatus socioeconómico.

3) Tres de cada cuatro fumadores quieren dejar de serlo y el 56,1% de los mismos consideran que no necesitan usar medicación para conseguir el abandono.

4) Solo el 26,1% considera que los medicamentos para dejar de fumar son eficaces.

5) Aproximadamente, solo uno de cada cinco encuestados responde correctamente que la TSN no provoca cáncer ni más infartos que el tabaco. Menos del 15% consideran que Vareniclina y Bupropión son seguros.

6) La Terapia Substitutiva de la Nicotina (TSN) es la más conocida por las personas que quieren dejar de fumar. El 85,7% ha oído hablar de ella.

 

La Universitat de Lleida (Udl) ha publicado en abierto la tesis calificada como Excelente Cum Laude. «Uso y creencias sobre los medicamentos para dejar de fumar».

Recomendamos la lectura del artículo “Tabaquismo como fuente de inequidades sociales”.

Recomendamos también la ponencia «Valor social de los medicamentos para dejar de fumar. Opiniones respecto a su financiación» realizada durante la XIV Jornada On line de Tabaquismo, el 12 de marzo de 2021.

Redacción

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